Propuestas sonoras y ensambles gráficos en Eduardo Gamboa “Flix”…

Alfonso Peña

Los dibujos fugaces de Eduardo Gamboa “Flix”, sus videos, las intervenciones gráficas sobre afiches, bocetos, esbozos, sumado a sus mixturas musicales, configuran el andamio/entresijo por el que transita este artista josefino.

En un trayecto de quince años, su impronta está impresa a lo largo del conurbano  costarricense.  Como si fuese un antiguo juglar, Flix, visita comunas, barrios, bares y antros del underground capitalino, pequeños poblados, comarcas alejadas y en todas ellas deja su huella inacabable. Sus propuestas sonoras  y los ensambles gráficos dan prueba de ello. Es muy posible que en toda esta manifestación

logremos vislumbrar su creación automática.  Sus prolongadas ramificaciones, no buscan cohesionarse entre sí.  Sus dibujos y técnicas mixtas, son  una alocada telaraña girando en un espacio anti-lógico. Su abundante ejercicio lo lleva a cabo de un modo desenfrenado e inconsciente: es una especie de gotera que no tiene fin, un río que no desemboca en el mar, un alarido interminable.

Montados –colgados– en la pared, de un modo incongruente, apretujados, prácticamente deshilachados, sus diseños y sus textos pareciesen que bailasen al ritmo de la música que el “demiurgo” les impuso. Puede  ser una fusión jazz-corazón-en el trópico o un ventarrón de-nieve-purpúrea, o quizás, como se llama una de sus fusiones más representativas “El túnel carpal”.

Después de hacer un recorrido por el abanico aglutinante de estas creaciones, queda la impresión de que están sin terminar, inacabadas… “Flix”, mixtura trazos propios con citas y textos tomados de los anuncios publicitarios, juega con la tipografía de los carteles, retazos de poemas, notas, argot.

En las creaciones de “Flix”, el uso del color es fragmentario, de vez en cuando destacan los colores primarios y sólidos, en otros instantes sobresalen los medios tonos y los grafitis agresivos. En muchos segmentos de las obras de “Flix”, hay una tenaz reiteración: es una especie de dolor, de súplica, de fascinación; es el lenguaje desmembrado que busca articularse, principalmente en los diálogos de sus dibujos en blanco y negro, donde los tachones, raspaduras, y las estrías de los marcadores, enganchan sus parloteos alucinantes con la música, el video y la poesía.

Al igual que otros creadores, en otras dimensiones y latitudes (Intervención de trenes y tranvías, arte efímero en la playa, apropiación del cuerpo, selfies-sex), Eduardo Gamboa “Flix”,  rubrica en una realidad pesada, caricaturesca;  la suya es la mirada del observador atónito y la ejerce con un escalpelo filoso, lleno de tensión y nervio.

¡La fama será para los otros!