EL DESEO ATRAPADO POR SUS LLAVES SECRETAS
Laurens Vancrevel
Las mejores razones –un peligro amenazador, el temor y deseo que lo empuja– no detengas el placer melancólico en este momento para instalarse confortablemente en el sofá de la verde esperanza.
– Pablo Picasso, Le Désir attrapé par la queue
Deseo, esa salvaje y deliciosa fuerza de vida, ha preocupado siempre la conciencia humana, mientras que al mismo tiempo la encanta. Los filósofos trataron cuidadosamente de encajar el deseo dentro de sus sistemas éticos; los psicoterapeutas le dieron un lugar entre los desórdenes mentales, para poder curar a la humanidad del mismo; los códigos sociales lo redujeron a la invisible esfera privada donde fue aniquilado por códigos morales de la decencia. Solo los surrealistas se han atrevido a hacer del deseo en todas estas manifestaciones el núcleo de su filosofía de vida.
Así que, no es de asombrarse que todo ese deseo y placer se convirtiera en una de las principales motores del movimiento surrealista desde su concepción, cerca de hace casi un siglo. ¨Las Llaves del Deseo¨ encaja en una larga tradición de publicaciones, exposiciones y manifestaciones en este tema. Para mencionar algunos:“La Mariée mise à nu par ses célibataires” de Marcel Duchamp; la famosa y escandalosamente franca investigación colectiva de sexualidad realizada por el grupo surrealista en los años 20 del siglo pasado; ; L’Âge d’Or, el milagro cinematográfico de Luis Buñuel; “L’Union libre”, ese obsceno y encantador poema hacerca del deseo de André Breton y su sorprendente libro L’Amour fou (‘Amor loco’); y mas recientemente las legendarias exposiciones collectivas
“E.R.O.S.” e “Intrusion in the Enchanter’s Domain”, además “Marvelous Freedom: Vigilance of Desire”, sin olvidar la última obra maestro de Buñuel: Cet obscur Objet du Désir.
La bestia multiforme y de muchas cabezas
Platón, el antiguo filósofo griego ha llamado el deseo “una bestia multiforme y de muchas cabezas”. Su igualmente famoso colega Aristóteles era de la opinión de que el deseo es esencial para la vida humana, pero que buenos y decentes deseos y placeres solo pueden ser atribuidos a los humanos. Aristóteles desestimó los deseos y placeres ignominiosos y depravados como expresiones de un comportamiento bestial. El deseo fue considerado durante la era Cristiana como un instinto animal , no humano que tuvo que ser sometido y domesticado. Dichas consideraciones morales concernientes al deseo y el placer han dejado profundas marcas en la historia de la civilización occidental. Espinoza, el inminente pensador del método para alcanzar el estado de la felicidad, baso su ética en el poder de la razón. Él aprobaba todos los deseos que fueran controlados por la razón. Pero consideraba que todos los deseos irracionales serían nocivos para la felicidad humana. Sigmund Freud, el revolucionario analista de la mente humana, era también un médico: él estaba concentrado en la cura de enfermedades y pensó que los desórdenes mentales podrían ser causados por impulsos mentales tales como el deseo. El encontró que brindándole a la conciencia las causas inconscientes de los desórdenes mentales, podría resultar en una recuperación, y que los efectos perturbadores del deseo inconsciente podrían neutralizar y sanar al hacerlos conscientes. La psicoterapia de Freud es un método para adaptar los impulsos mentales perturbadores a un nivel de normalidad.
André Breton, sin embargo, no consideraba ni el deseo ni el placer como una amenaza a la felicidad humana, por el contrario, el llamó a estos las fuentes vitales de seguridad propia del ser humano. “El deseo es el mayor aportador de llaves,” dijo. “Realice sus deseos para poder realizarse a usted mismo”.
El derecho a soñar
La apertura optimista de los primeros surrealistas con respecto al deseo se ensombrecido desde la década de los 50 del siglo pasado cuando un incremento excesivo del mercado de consume masivo de todos los productos básicos tuvo lugar, para gradualmente ser seguido por el Mercado del entretenimiento y otros productos inmateriales tales como obras de arte reconocidas. La realización de los deseos comenzó a aumentar sujeta a las tretas del Mercado comercial y la publicidad que imperceptiblemente dictaron a los “consumidores” lo que debían desear. Intrínsecamente ligado al auge masivo de los trucos de mercadeo es la comercialización general de la vida de las sociedades capitalistas, causando la asignación de un valor económico a todo, como el mayor mérito. Los deseos personales del individuo fueron presa de los poderosos intereses comerciales, por lo que los deseos se cambiaron por necesidades comerciales para obtener objetos de moda e impersonales.
La mayor crítica de esta devastadora mercantilización de la vida se puede rastrear en muchos poemas, ensayos y obras visuales de los surrealistas. La Exposición Internacional de Surrealismo “L’Écart Absolu” (“El dejo absoluto”) de 1965 la convirtió en uno de los más importantes gritos de batalla. Todos los participantes de la exposición atacaron frontalmente la sociedad de consumo en la declaración colectiva llamada “Tranchons-en” (“Dejemos de”). Ellos denunciaron el cambio de las políticas democráticas por la dictadura social de los gestores económicos, junto con las muchas presiones económicas para forjar una sociedad de conformismo y de comportamiento de rebaño- glorificado públicamente en eventos masivos para deportes y eventos comerciales para jóvenes-. Una cita: “El placer que se produce por la maravillosa – búsqueda de sí mismo y manifestándose a sí misma en mitos, y tener éxito para sobrevivir su declive o de repente renacer más allá de su ruina - es inseparable, en nuestra opinión, de la apelación de libertad. Tiene su fuente en el Deseo en el más profundo y amplio sentido de la palabra., del cual el “estudio de las necesidades” y el enmarque socioeconómico que se le ha impuesto por tales estudios, reducen el deseo a una parodia sombría. [...] Todo lo que cuenta en la historia de la civilización tiende en última instancia al mismo momento en el que la noche extrema del Deseo ilimitado tiende de alguna manera al destello luminoso de las palabras “Más Conciencia”, dicho por todos los videntes, cada uno con su acento.
Siguiendo las ambiciones de “The Absolute Leave”, Bernard Caburet promulgó en 1967 un nueva Declaración de los Derechos Humanos centrada en el Derecho Humano a Soñar. La declaración fue ampliamente anunciada en los muros de las calles de París. Citando: “El derecho a soñar es el derecho de cada ciudadano a disfrutar plenamente sus noches de la manera que le guste y de obtener placeres de los encuentros sexuales y sus otras ocupaciones” .Ese mismo año, Robert Guyon publicó un manifiesto acerca del deseo que fue avalado por todo el grupo surrealista en Paris. Citó: “Queremos difundir la idea de que la pendiente inclinada a la cual los deseos humanos tienen que someterse por causa de la presión de la maquina publicitaria, no encaja con la naturaleza humana”.
Hacer el amor a la revuelta
La memorable revuelta social de los estudiantes y trabajadores de París en Mayo de 1968, fue totalmente apoyada por los surrealistas. Por cierto: ideas surrealistas y aquellas de otros movimientos libertarios inspiraron notablemente aquella revuelta. Sin embargo, los líderes capitalistas conservadores no toleraron un verdadero cambio social y mental: su contra-revuelta incluyó muchas estructuras sociales opresivas con un toque aparentemente más democrático. Las autoridades insistieron en ir paso a paso con la transformación de las sociedades democráticas europeas en “mercados libres” para ciudadanos manipulados, adictos al consumismo.
El espacio público de París durante la revuelta de Mayo fue cubierto con grafitis de eslóganes surrealistas, como: “De sus más ardientes besos a los carteles de la revuelta”, y: “Si quieres disfrutar, hazle el amor a la revuelta.”
El enorme Proyecto de Vincent Bounoure y sus amigos para trabajar fuera de los principios teoréticos de del surrealismo en el muy oportuno libro La Civilisation surréaliste, 1976; ( La Civilización surrealista) hizo mucho énfasis en el deseo y el placer, y a las muchas amenazas contra ellos. Vratislav Effenberger, el checo coautor del proyecto aportó en una de sus muchas contribuciones que la sociedad de consumo priva al individuo del verdadero objeto del deseo, causándole al deseo una deshumanización. Bernard Caburet, el mismo que inventó el derecho humano a soñar, escribió en su impresionante contribución: "Seguimos esperando los antiguos poderes del deseo. Pero somos conscientes de su impotencia en la situación actual, por lo que su derrota parece ser inevitable. Lo sabemos, pero este conocimiento nos proporciona el poder y la verdad para mantener el deseo de la aniquilación de la sociedad de consumo ".
El poeta y teorético surrealista Octavio Paz denunció la sociedad capitalista de consumo en su lectura Nobel (1990). Dijo: “Una sociedad que está dominada por la maldad de producir más para poder consumir mas, amenaza con tratar las ideas, los sentimientos, las artes, el amor e incluso a los seres humanos como meras mercancías”.
El espejo de dos caras
El año pasado el grupo canadiense “Liaison surréaliste” llevó a cabo una importante exposición surrealista en Montreal que fue llamada “La Chasse à l’objet du désir” (“La caza del objeto del deseo”). El tema del deseo y sus retos fue discutido a fondo en el catálogo de la exposición de una serie de surrealistas de muchos países. Estas contribuciones a la discusión dan una visión interesante de las ideas actuales de los surrealistas de nuestro tiempo con respecto al futuro del deseo individual. Trataré de resumir algunos de los pensamientos expresados en “La caza del objeto del deseo”.
El músico y colagista mexicano Enrique Lechuga y los co-organizadores de la expòsicion son de la opinión de que una fuerte nueva amenaza al deseo individual es de esperar por la explosiva digitalización masiva de la vida social, ya que, escriben, "la mutación a una vida totalmente digitalizada puede resultar en una reducción absoluta del deseo individual a un conjunto de necesidades superfluas. Llamadas “herramientas inteligentes” que nos dejaran a merced de sueños obligatoriamente predeterminados.” El grupo “Liaison Surréaliste” piensa que manifestarse contra una sociedad digitalizada será inevitable para poder mantener vivo el deseo individual. Guy Girard, el pintor y poeta francés se refirió a la famosa frase introductoria del libro de Breton: El surrealismo y la pintura: “L’oeil existe à l’état sauvage” (“la naturaleza del ojo es su existencia salvaje”). Girard observó que los animales salvajes en nuestro tiempo disponen de mucho menos espacio de sobrevivencia porque sus áreas de caza han sido saqueadas de la vida animal y vegetal esencial. Es igual dice Girard, para la imaginación y el deseo humano que están siendo confrontados por una creciente colonización del espacio de la libre imaginación humana. Ese espacio esta siendo de igual manera saqueado: los magnates de los negocios industriales de la cultura de masas lo agotan por puro interés propio. Los surrealistas deben tratar de encontrar la manera de volver a encantar el mundo, concluye.
Penelope Rosemont y sus de amigos del grupo surrealista en Chicago escriben: “ Debemos desarrollar nuevas consignas, nuevas técnicas y experimentos, nuevas creaciones que sean aptos para la eliminación de las sombras que el eclipse solar ha tirado en el deseo.” El poeta y colagista brasileño Sergio Lima es de la opinion de que cada representacion de un cuerpo deseable continuará evocando sublime objeto del deseo por el poder mágico de la “transgresión”, asegura. “El deseo es un espejo de doble cara,” dice la poeta canadiense Beatriz Hausner; “por un lado es la semejanza, por el otro es el fantasma del deseo ". Debemos negarnos a aceptar el fantasma.
La única fuerza motriz
Después de cerca de un siglo de surrealismo, el deseo sigue siendo uno de los puntos clave. En su Manifiesto del surrealismo (1924), André Breton dijo: “únicamente depende del individuo pertenecer completamente a el mismo, es decir, mantener la multitud de sus deseos convirtiéndolos cada día en un formidable estado anarquista. La poesía le enseñará como”. Sin embargo, en nuestro tiempo no podemos cerrar los ojos al impacto de las rápidas y crecientes técnicas de control remoto que las mentadas “cosas de internet” tendrán en la vida de todo el mundo. Esto llamado inteligencia artificial, combinado con n Mercado comercial mucho más agresivo, cambiará totalmente los patrones de necesidad y deseo en el rápido avance del “paraíso de los consumidores”.
Ahora la gente está generalmente temerosa del automatismo y la inteligencia artificial porque esos robots tecnológicos los desplazarán de sus empleos. Los surrealistas son de la opinión que la reducción de empleos por causa del automatismo no es el problema real. . La libertad es por mucho un asunto de estar empleado, y no habría ningún problema de ingresos para los desempleados si la sociedad estuviera dispuesta a redistribuir socialmente la ganancia económicas de la reducción de la fuerza de trabajo de una manera justa y equitativa, y para poner fin al actual saqueo criminal de la riqueza de las naciones por magnates del capital, menos de un uno por ciento de la población. Los surrealistas ven un peligro mucho mayor de automatismo e inteligencia artificial en el intento incesante para lograr la adicción total de las personas que lo que imperceptiblemente dictan los que los, por la pérdida de su propia identidad y deseos privados.
Los ataques comerciales y digitalizados contra los deseos privados y los sueños son sin duda alguna incomparablemente mucho más fuertes de lo que podía preverse hace medio siglo por los creadores de “El dejo absoluto” y “ La civilización surrealista”. Necesitaremos más que solo lecciones de poesía para defender nuestro derecho a sonar y desear.
Quizas sea cierto que Enrrique Lechuga está en lo cierto al llamar a la revuelta, como un último medio para detener el saqueo de la vida privada y la libertad. Pero como una revuelta debería adoptar un cuidadoso enfoque anarquista si queremos aspirar a lograr el éxito deseado– no siendo para todos, por lo menos para que nosotros mismos empecemos. Nuestros adversarios son muy poderosos y deben luchar ferozmente para mantener sus inmensas fortunas para sí mismos; y van a hacer todo lo posible para poner resistencia a nuestras ideas. Sin embargo, si difundimos activamente esto, como Robert Guyon ha propuesto, haremos que todos aquellos que entienden lo que está en juego sean cada vez más capaces, de modo que se conviertan en inmunes a la esclavitud de las muchas perversas técnicas de inteligencia artificial de nuestros adversarios.
"El deseo, la única fuerza motriz del mundo", André Breton escribió en su libro L'Amour fou. El real deseo personal debe mantenerse libre de los falsos beneficios del paraíso capitalista de la conformidad y el consumismo. Se mantendrá la fuerza motriz de nuestra vida si continuamos defendiéndola.
Marzo 26, 2015
Laurens Vancrevel: (Heerlen, Paises Bajos, 1941). Poeta, ensayista y director literario de una editorial holandesa importante.Vancrevel participa en las actividades surrealistas desde 1961, fomentando la Oficina de Investigaciones Surrealistas en Holanda y la Revista "Brumes Blondes", junto a Her de Vries. Ingresa al Movimiento Phases en 1972 y su correspondiente holandès. Es responsable de importantes monografias de aquellos que se consagraron al surrealismo holandès, incluyendo H, Cramer, J.H. Moesman, K. Tonny, W. Wagennar y Van Leusden. Organizò la exposiciòn que reuniò a Artur Cruzeiro Seixas, Raùl Perez, Rik Lina, y Philip West en Amsterdam en 1977. En 2014 junto a Her de Vries publica: "Lo que sera, Almanac of the international surrealist movement", Ediciones Brumes Blondes, Amsterdam, Holanda. krevelen@xs4all.nl