Vivió en Buenos Aires con largas estadías en Europa sobre todo en su adolescencia. Eva ha participado desde 1949 en diversos eventos surrealistas. Amiga de Alfred Jarry y los patafísicos.
Vivió en Buenos Aires con largas estadías en Europa sobre todo en su adolescencia. Eva ha participado desde 1949 en diversos eventos surrealistas. Amiga de Alfred Jarry y los patafísicos.
LA MOLESTIA
El que se levanta sobre la punta de los pies
no puede mantenerse en pie
Lao Tse
Siempre estaba en sí mismo. Creía conocerse a fondo. Desde él con toda su estructura fortificada, se abría paso en el mundo como un tanque de guerra. Creía en la lucha, en los enemigos, en la defensa de sí mismo. Se defendía de tal manera que su rostro estaba hinchado de golpes y manchas azules, testimonio de su empeño por deribar barreras y salir adelante, siempre adelante. Así le habían enseñado, luchar y salir adelante y llegar hasta las más grandes posesiones. Tener cada día más, para protegerse y realizarse como ser humano y ser, además, respetado y por sobre todas las cosas sentirse seguro. Por eso cada pequeña molestia de su cuerpo o de su espíritu le resultaba tan chocante.
De pronto perdía pie y decía « tengo una molestia, no sé que tengo ». Un día se hizo sacar los dientes por las dudas. Se hizo rapar. Tomaba cuanta medicina le indicaban para sentirse mejor. Gastaba mucho dinero en su salud y esto le preocupaba aunque también se reconfortaba con la idea de tenerlo para emplearlo en algo tan importante como su propia vida.
Pasó el tiempo. De su armadura de tanque guerrero casi no quedaba nada, sólo una lamentable estructura ósea. El espejo le producía escalofríos aunque se sentía atraído por el y se miraba a cada instante para ver como iba desapareciendo de sí mismo. Pensó si esa molestia no sería la muerte misma que se anunciaba así.
Quería vivir. Amaba la vida como le habían enseñado y por sobre todas las cosas a su propia persona. Tenía una gran pasión por todo lo que le concernía: La circulación de su sangre, sus funciones naturales, sus ideas que mezclaba constantemente con el temor de morir. En sus ideas había siempre el convencimiento de que por medio de su pensamiento poderoso llegaría a conocer la verdad sobre esta molestia que ya duraba demasiado. Pensaba día y noche porque hasta el sueño se había ido junto con su carne. En su delirio le pareció tener una idea genial: el sueño esta alimentado por la carne por eso ahora ya no duermo, ahora que no soy más que huesos. Se lo diría al médico en un rasgo de generosidad suprema. Le otorgaría al médico la posibilidad de un descubrimiento científico que lo haría famoso. Le saltaron las lágrimas ante esta generosidad inédita en él. Se conmovió hasta sentir un frío intenso. Mucho frío.
Cuando golpearon la puerta no se oyó nada. Solo había un montón de huesos blancos, escombros de un fuego que nunca ardió.
BESOS
“No es para estremecerse que Cristo que es el señor del amor sea traicionado por un beso”
Kierkegaard
Se volvió y lo besó una y diez veces para desquitarse por todos los besos obligados que tuvo que dar desde la niñez. Esta vez era la expresión de un impulso libre.
Después comenzó a matar sobre su cara y su cuerpo los piojos que le había pasado aquel mendigo a quien había besado tan fácilmente.
Eva GARCÍA
Argentina