EL ÁRBOL DIGITAL
Era un hombre al que le habían enterrado su mano derecha
Pasaba sus días metido en una pieza vacía
Donde se sentaba
Los pies contra el ángulo superior de la ventana
Y su mano izquierda sosteniendo un ojo de buey
Por el cual los rinocerontes
Ensartaban su cuerno
Y hacían brillar su corteza metálica
Le había dado por ser poeta
Y se pasaba todo el tiempo hablando de la guerra
De tal manera
Que había descuidado su mano derecha
Esta creció lenta y furiosamente
Y sin que él se diera cuenta
Atravesó el mundo de lado a lado
Cuando los niños de la parte norte de Sumatra
Vieron aparecer un árbol sin hojas y sin frutos
Corrieron espantados a llamar a sus padres
Estos vinieron con sus gruesas espadas
Y cortaron el árbol de raíz
Un líquido blanco lechoso salió de la corteza tronchada
Desde ese entonces
El hombre como un poeta
Siente un dolor terrible
Agudo
En un sitio del cuerpo que no puede determinar
LAS DOS PALABRAS
Un Monte es un Monje parado sobre su cabeza
Un Monje es un Monte sentado sobre sus pies
Monte y Monje
Son la misma cosa
El Monte con su cabellera de fuente de lodo
El Monje como un siluro dando coletazos al aire
No hay un Monte que no haya cabalgado sobre un Monje
No hay un Monje que no haya arrancado de raíces un Monte
Los Monjes se dan silvestres
Oran como relojes de péndulo
A garrotazos
Silvosos como una misa en la calle pelada
Un Monte que grita
Es un Monte que calla
El Monje corta el Monte con una cuchilla
El Monte desgarra el Monje con un serrucho
Hay que hablar bien para que todo quede claro
POEMITA DEDICADO CON CARIÑO A LA
MEMORIA DEL SEÑOR
ISIDORE DUCASSE
(Q.E.P.D.)
La gente se ha sucedido en quemante procesión
Contra tu rostro y tu cuerpo viejo amigo
Y han dicho:
Te crecerán dientes en vez de pelos
y aparecerán agujas por tus poros
Cortarán de un solo tajo tus entrañas
y coserán tu vientre con ametralladoras
Te lanzarán como piedra al abismo
y te caerán abismos en la cabeza
Pero tú estás allá junto a El
Escuchando estas Fábulas que bien escribiste
Interpretadas por Coros Angélicos en el Cielo Izquierdo
Mientras que en el Cielo Derecho cantan esas tus Poesías
Y estarás en Silencio
Mientras El meditando escuchará a sus Santos que dirán
Esto es una delicia
Y con su sonrisa de viejo sabio te mirará y comprenderá
Luego, pasándote su brazo por encima del hombro
Y mientras te conduce por un amplio laberinto te irá diciendo
Haz lo mismo que yo, olvídate de todo cuando estés en el Paraíso
Y tú, polvoroso Conde, lanzarás entonces contra la cara de E1
Tu estridente carcajada
Dicen que en los Cielos el asombro ha remplazado la cordur